viernes, 14 de agosto de 2015

Siete Dolores de la Santisma Virgen





LOS DOLORES
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN


Primer Dolor
La Profecía de Simeón
El primer dolor de la Santísima Virgen fue, cuando al presentar a su único Hijo en el templo y al colocarle en los brazo del santo anciano Simeón este dijo: “Este niño será una espada que traspasara vuestra alma”; prediciendo de este modo la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Padrenuestro y siete Avemarías

Segundo Dolor
La Huida a Egipto
Sufrió la bienaventurada Virgen María este segundo dolor, cuando se vio obligada a huir a Egipto para evitar la cruel persecución de Herodes, quería a toda costa  quitar la vida a Jesús.
Padrenuestro y siete Avemarías.

Tercer Dolor
La Pérdida de Jesús en el Templo.
El tercer dolor de la Santísima Virgen fue cuando, después de haber estado en Jerusalén con su esposo José y su amado Hijo Jesús, al volver a su casa vio que no regresaba el divino Niño; por lo cual le  buscaron durante tres días con inconsolable aflicción.
Padrenuestro y siete Avemarías


Cuarto Dolor
El Encuentro con Jesús en la calle de la amargura
El cuarto dolor de la Bienaventurada Virgen fue al encontrarse con su dulcísimo Hijo cuando llevaba sobre sus delicados hombros la pesada cruz hacia el monte Calvario, para ser crucificado en ella por nuestra salvación.
Padrenuestros y siete Avemarías.


Quinto dolor
La Crucifixión de Jesús
El quinto de la Santísima Virgen fue cuando vio a su Hijo clavado sobre el duro madero de la cruz y derramando sangre por todos sus sabatismo Cuerpo.
Padrenuestro y Avemarías.

Sexto Dolor
El Descendiente de la Cruz
El sexto dolor de la Santísima Virgen fue cuando, habiendo bajando de la Cruz el adorable Cuerpo de su divino Hijo, se lo pusieron en sus brazos todo enfrentado, abierto por una lanza su santo Costado.
Padrenuestro y siete Avemarías

Séptimo Dolor
La Satura de Jesús
El séptimo dolor de la Inmaculada Virgen María, Señora y Abogada nuestra, fue cuando acompaño al sepulcro el santísimo Cuerpo de su Hijo Jesús.
Padre Nuestro, y siete Avemarías.



Tres Avemarías en honor de las lágrimas que derramo María Santísima en todos estos dolores, para obtener por su intercesión, la gracia de llorar nuestro pecado con verdadero dolor de haberlos cometido.



PROMESAS DE LA VIRGEN A LOS DEVOTOS

DE SUS DOLORES
Siete gracias que la Santísima Virgen conoce a las almas que la honran diariamente (considerando seis lágrimas y dolores) con siete Avemarías.    -Santa Brígida.-
1°. Pondré paz en sus familias.
2°.Serán  iluminados en los Divinos Misterios.
3°. Los consolare en sus penas y acompañare en sus trabajos.
4°. Les daré cuanto me pidan con tal que o se apega a la voluntad de mi
      Divino Hijo  y a la santificación de sus almas.
5°. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos  los instantes de sus vidas.
6°. Los asistiere visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
7°. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen lista devoción (a mis lágrimas y dolores sean traslados  de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”

Gracias a Dios