LOS DOLORES
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
Primer Dolor
La Profecía de Simeón
La Profecía de Simeón
El primer dolor de la Santísima Virgen fue, cuando al presentar a su único Hijo
en el templo y al colocarle en los brazo del santo anciano Simeón este dijo:
“Este niño será una espada que traspasara vuestra alma”; prediciendo de este
modo la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Padrenuestro y siete Avemarías
Segundo Dolor
La Huida a Egipto
Sufrió la bienaventurada Virgen María este segundo dolor, cuando se vio
obligada a huir a Egipto para evitar la cruel persecución de Herodes, quería a
toda costa quitar la vida a Jesús.
Padrenuestro y siete Avemarías.
Tercer Dolor
La Pérdida de Jesús en el Templo.
El tercer dolor de la Santísima Virgen fue cuando, después de haber estado en Jerusalén
con su esposo José y su amado Hijo Jesús, al volver a su casa vio que no
regresaba el divino Niño; por lo cual le
buscaron durante tres días con inconsolable aflicción.
Padrenuestro y siete Avemarías
Padrenuestro y siete Avemarías
Cuarto Dolor
El Encuentro con Jesús en la calle de la amargura
El
cuarto dolor de la Bienaventurada Virgen fue al encontrarse con su dulcísimo
Hijo cuando llevaba sobre sus delicados hombros la pesada cruz hacia el monte
Calvario, para ser crucificado en ella por nuestra salvación.
Padrenuestros y siete Avemarías.
Quinto dolor
La Crucifixión de Jesús
La Crucifixión de Jesús
El quinto de la Santísima Virgen fue cuando vio a su Hijo clavado sobre el duro
madero de la cruz y derramando sangre por todos sus sabatismo Cuerpo.
Padrenuestro y Avemarías.
Padrenuestro y Avemarías.
Sexto Dolor
El Descendiente de la Cruz
El sexto dolor de la Santísima Virgen fue cuando, habiendo bajando de la Cruz
el adorable Cuerpo de su divino Hijo, se lo pusieron en sus brazos todo enfrentado,
abierto por una lanza su santo Costado.
Padrenuestro y siete Avemarías
Séptimo Dolor
La Satura de Jesús
La Satura de Jesús
El
séptimo dolor de la Inmaculada Virgen María, Señora y Abogada nuestra, fue
cuando acompaño al sepulcro el santísimo Cuerpo de su Hijo Jesús.
Padre Nuestro, y siete Avemarías.
Tres Avemarías en honor de las lágrimas que derramo María Santísima en todos
estos dolores, para obtener por su intercesión, la gracia de llorar nuestro
pecado con verdadero dolor de haberlos cometido.
PROMESAS
DE LA VIRGEN A LOS DEVOTOS
DE SUS DOLORES
Siete
gracias que la Santísima Virgen conoce a las almas que la honran diariamente
(considerando seis lágrimas y dolores) con siete Avemarías. -Santa
Brígida.-
1°. Pondré paz en sus familias.
2°.Serán iluminados en los Divinos Misterios.
3°. Los consolare en sus penas y acompañare en sus trabajos.
4°. Les daré cuanto me pidan con tal que o se apega a la voluntad de mi
Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5°. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos los instantes de sus vidas.
6°. Los asistiere visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
7°. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen lista devoción (a mis lágrimas y dolores sean traslados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”
2°.Serán iluminados en los Divinos Misterios.
3°. Los consolare en sus penas y acompañare en sus trabajos.
4°. Les daré cuanto me pidan con tal que o se apega a la voluntad de mi
Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5°. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos los instantes de sus vidas.
6°. Los asistiere visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
7°. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen lista devoción (a mis lágrimas y dolores sean traslados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”